LA CASA DEL CURA
AÑO DE LA IGLESIA- 2009, DESDE PRINCIPIO A FINAL.
Casi rozando las nubes, sobre un pegaso de fe incondicional, brota sublime la obra de la casa Parroquial. Desafiante y abriendose paso a codazos entre la crisis brutal, va ganando altura la casa del cura de Catral.
Diminutos fieles, algunos quitandose el pan de su boca, aportan su donativo a un extraño sueño que son efluvios de incienso desde el Altar Mayor.
No conocen ni para quien ni porque, se lanzó este vanal proceso, pero caminan en silencio, soportando el terrible peso, la ferrea petición.
Domingo tras domingo, sin posible interrupción se escucha el estudiado llanto que nos dice que hay que pagar la casa del señor.
Mientras surgen brotes de impotencia, mientras las familias soportan la congoja y el llanto del hijo, la hija o del matrimonio que es peor, de esa hipoteca implacable, que nunca les dará el perdón. El sr cura de nuestro pueblo, el que se cree siempre que es balsamo en nuestra enfermedad o en nuestro dolor, nos machaca, miestras manda pedir,el dinero para la casa que el dice que es la casa del señor.
Mientras caminas meditando y preguntandote, ¿Cuando se irá el paro de tu casa, cuando tendrá trabajo tu marido, tu hijo, o los dos?, mientras calculas en silencio sin aflojar el paso, hasta cuando te llegará el dinero, recortando la compra de la comida, te encuentras frente a frente, y al levantar la cabeza
escuchas, ser explendidos, la tenemos que pagar entre “tos”.
Nunca pensé, y me precio de ser mal pensado, que ese día que la iglesia dice que es tan grande, ese día que lucen los niños su candor, ese día que dice el cura que es el mas grande, porque se recibe al señor, una mente retorcida, da un manotazo y les roba a los niños su protagonismo en el Altar Mayor. Se corta la ceremonia, y se pide dinero para la casa que quiere el cura, seguro, que no DIOS.